Hola a todos.
Hoy, me gustaría dedicar esta entrada al amor.
Nos gusta mucho leer novelas románticas. Por supuesto, el tema principal de estas novelas es el mismo. El amor...Una pareja que se conoce y que se enamora.
Pero el amor tiene muchas facetas. Tiene caras muy distintas.
El amor puede ser apasionado. Pero también puede ser un amor no correspondido.
Incluso, puede llegar a acabar. El amor, si no se cultiva, se acaba. Es como una planta. Si no riegas la planta, se acaba marchitando.
El amor puede ser dulce. Puede ser un amor abnegado. Un amor en el que se da sin esperar nada a cambio. Pero el amor te puede cegar. Te puede convertir en una persona dependiente de la otra. Incluso, cuando esa persona te hace daño. Y el amor no tendría que ser así.
El amor tiene que llenarte de alegría. Es un sentimiento que te impulsa a ser mejor persona. A sacar lo mejor de ti. Cuando eso no pasa. Es que algo no va bien.
El amor tiene que ser sinónimo de felicidad. Nunca tiene que ser sinónimo de dolor.
martes, 21 de mayo de 2013
sábado, 11 de mayo de 2013
UNA CARTA DEL SIGLO XVIII
Hola a todos.
No es bueno encasillarse. Por eso, aunque me gusta más escribir sobre el siglo XIX, en concreto, todo el periodo que abarca el Romanticismo, me gusta también escribir sobre otras épocas. Y me estoy enamorando del siglo XVIII.
Más allá de la moda de las enormes pelucas, el maquillaje pálido, los hombres con medias y los vestidos aparatosos, el siglo XVIII fue un periodo realmente apasionante. La ciencia empezó a avanzar a pasos agigantados. Con el microscopio, se podían ver los objetos más diminutos del mundo. Y empezaron a realizarse los primeros experimentos con la electricidad.
La foto que os dejo hoy pertenece a una carta fechada en 1753. La escribió el Rey español Fernando VI y está dirigida al Gobernador de Cartagena de Indias. En ella, le exige que cumpla con total exactitud el Concordato existente entre la Corte y Roma.
No es bueno encasillarse. Por eso, aunque me gusta más escribir sobre el siglo XIX, en concreto, todo el periodo que abarca el Romanticismo, me gusta también escribir sobre otras épocas. Y me estoy enamorando del siglo XVIII.
Más allá de la moda de las enormes pelucas, el maquillaje pálido, los hombres con medias y los vestidos aparatosos, el siglo XVIII fue un periodo realmente apasionante. La ciencia empezó a avanzar a pasos agigantados. Con el microscopio, se podían ver los objetos más diminutos del mundo. Y empezaron a realizarse los primeros experimentos con la electricidad.
La foto que os dejo hoy pertenece a una carta fechada en 1753. La escribió el Rey español Fernando VI y está dirigida al Gobernador de Cartagena de Indias. En ella, le exige que cumpla con total exactitud el Concordato existente entre la Corte y Roma.
sábado, 4 de mayo de 2013
CARTA DE BELINDA JANE NEWMAN A PIERCE GRIFFITH
Hola a todos.
Con esta carta, me gustaría promocionar mi próxima novela, Cuando todo esto termine.
No viene dentro de la novela. Es una carta de amor que se mantiene independiente de la misma. Se la escribe la protagonista, Belinda, al hombre que ama.
¡A ver qué os parece!
Chicago, a marzo de 1964
Mi querido Pierce:
Hace unos días que llegamos aquí.
¿Qué te parece mi humilde hogar?
Sé que no estás acostumbrado a vivir en un sitio tan pequeño. Este piso es más pequeño que la habitación que tenías antes. Pero no quiero recordarte cosas tristes.
Quiero que estés contento, mi amor. Te he traído aquí para cuidarte. Porque te vas a poner bien. ¡Ya verás que sí!
Te abrazo y te digo que todo irá bien.
Te cuesta trabajo caminar. Te tienes que apoyar en mí cuando salimos a pasear. Dicen los médicos que tu enfermedad está muy avanzada. No pueden darte quimioterapia. Yo pienso que son unos cobardes. Se han rendido antes de luchar. Te prometo que yo no me voy a rendir. Voy a luchar a tu lado, mi amor.
Te amo desde hace mucho tiempo. Creo que te amo desde la primera vez que nos vimos. ¿Te acuerdas?
Parece que fue ayer. El tiempo pasa muy deprisa, mi amado Pierce. Y todo cambia.
No quiero verte sufrir, mi amor. Estamos juntos.
Aunque nunca leas esta carta, me conformo con escribirla. Con hacerte saber que estoy aquí. Y que nunca te voy a dejar.
Me conformo con muy poco. Creo que ya te habrás dado cuenta. Me conformo con que me mires con dulzura.
Me conformo con tenerte a mi lado. Aunque no seamos pareja. Aunque tú no correspondas a este gran amor que siento por ti.
Pensarás que soy una tonta. ¡Y es verdad! Soy tan sólo una pobre tonta enamorada de un imposible.
Con esta carta, me gustaría promocionar mi próxima novela, Cuando todo esto termine.
No viene dentro de la novela. Es una carta de amor que se mantiene independiente de la misma. Se la escribe la protagonista, Belinda, al hombre que ama.
¡A ver qué os parece!
Chicago, a marzo de 1964
Mi querido Pierce:
Hace unos días que llegamos aquí.
¿Qué te parece mi humilde hogar?
Sé que no estás acostumbrado a vivir en un sitio tan pequeño. Este piso es más pequeño que la habitación que tenías antes. Pero no quiero recordarte cosas tristes.
Quiero que estés contento, mi amor. Te he traído aquí para cuidarte. Porque te vas a poner bien. ¡Ya verás que sí!
Te abrazo y te digo que todo irá bien.
Te cuesta trabajo caminar. Te tienes que apoyar en mí cuando salimos a pasear. Dicen los médicos que tu enfermedad está muy avanzada. No pueden darte quimioterapia. Yo pienso que son unos cobardes. Se han rendido antes de luchar. Te prometo que yo no me voy a rendir. Voy a luchar a tu lado, mi amor.
Te amo desde hace mucho tiempo. Creo que te amo desde la primera vez que nos vimos. ¿Te acuerdas?
Parece que fue ayer. El tiempo pasa muy deprisa, mi amado Pierce. Y todo cambia.
No quiero verte sufrir, mi amor. Estamos juntos.
Aunque nunca leas esta carta, me conformo con escribirla. Con hacerte saber que estoy aquí. Y que nunca te voy a dejar.
Me conformo con muy poco. Creo que ya te habrás dado cuenta. Me conformo con que me mires con dulzura.
Me conformo con tenerte a mi lado. Aunque no seamos pareja. Aunque tú no correspondas a este gran amor que siento por ti.
Pensarás que soy una tonta. ¡Y es verdad! Soy tan sólo una pobre tonta enamorada de un imposible.
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