Ayer domingo, en mi ciudad, La Unión, estuvo todo el día lloviendo. Caían ramalazos fuertes de lluvia, seguidos por una lluvia fina. El cielo estaba cubierto de nubes negras y se oía, de vez en cuando, el sonido de un trueno.
Hacía tanto frío que pasé todo el día tapada con una manta.
Esta mañana, vuelve a lucir el Sol en mi ciudad. El cielo está completamente despejado. Sigue haciendo frío, pero casi no se nota si caminas por donde alumbra el Sol.
Quizás, lo ocurrido ayer también puede relacionarse con el estado de ánimo de las personas.
Hoy, uno está triste. Siente ganas de llorar. Su ánimo está sombrío. Igual que un día de lluvia...No tiene ganas de nada. Siente que está para el arrastre.
Pero, al día siguiente, se levanta y piensa que todo va a salir bien. Su estado de ánimo es distinto. Está más contento. Como un cielo despejado...Y piensa en encarar la vida con ilusión. Vuelve a brillar el Sol en su camino.
Me ha pasado muchas veces. Pero sé que mis estados alicaídos son algo temporal. Al día siguiente, vuelve a salir el Sol. Vuelvo a sentirme capaz de hacer cualquier cosa que me proponga.
A todos los que sintáis que mal hoy, recordad que mañana siempre sale el Sol.
Espero que estes más animada te mando un gran abrazo y te me cuidas mucho
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