domingo, 24 de marzo de 2013

REFLEXIONES

Hola a todos.
Hoy, me gustaría confesarme con todos vosotros. Miro hacia atrás. Tengo veintinueve años. Y es ahora cuando estoy intentando luchar por abrirme un hueco en el difícil mundo de la escritura.
Hace algún tiempo, mi amigo Ramón me dijo que tenía que tomarme en serio lo de ser escritora. No podía pensar en esto como en un hobby. Porque no se trata de un hobby. Se trata de lo que quiero ser en la vida.
Los últimos días han sido reveladores. Me he dado cuenta de muchas cosas.
He sido capaz de colgar una novela en Internet. No la he publicado. Está en Mediafire para que todo el que quiera la pueda leer gratis. Que decidan si vale la pena que siga escribiendo o que me retire.
Tengo muchos proyectos en la cabeza. No seré feliz hasta que no pueda llevarlos a cabo. La vida, por desgracia, es muy corta. No puedo pasarme el resto de mi vida en un rincón esperando a que me llegue una oportunidad. Eso nunca va a pasar.
Es mi turno.
Me toca a mí mover ficha. No sé si voy a tener suerte. Puede que tenga suerte y me llegue el éxito. O puede que me dé la leche más gorda de mi vida. Eso no lo sabré si no me muevo.
¡Y eso es lo que estoy haciendo!
He perdido el miedo a enfrentarme a cualquier reto que se me presente. He de mirar la vida de frente.
No puedo estar escondida en un rincón. De ahí, que esté escribiendo.
Sin prisas, pero sin pausas. Como tiene que ser. Los blogs me ayudan a abrirme más a la gente. Aunque nadie los lea, me sirven como válvula de escape. Me animan. Me motivan.
Escribo sin para. Y lo hago llena de esperanza en el mañana. No sé cómo será ese mañana.
Apenas, estoy empezando a vivir el presente.
¡Hasta mañana!

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