Hola a todos.
Es más que evidente que este blog se ha convertido, en realidad, en el blog que le he dedicado a mi "fanfic" La chica de los ojos grises.
Me está pasando con esta historia lo mismo que me pasó con mi "fanfic" Los besos que nos dimos en mi blog "Romántica Lilith". Todos los añadidos que le estoy haciendo son porque no me atrevía a subirlos por vergüenza o porque me parecía que estaba siendo demasiado largo.
De modo que los estoy subiendo ahora.
El fragmento de hoy es bastante cortito y tiene que ver con el naufragio en el que muere Gabriel, el prometido de Samantha.
El barco no paraba de moverse.
Gabriel era empujado de un lado a otro por la fuerza de las olas.
Había empezado la primera etapa de su viaje de regreso a Inglaterra. En unos meses, debía de volver allí para contraer matrimonio con Samantha. Se lo había prometido. No estaba muy enamorado de ella que digamos. Pero la quería mucho. Y, sobre todo, la respetaba muchísimo.
-¡Socorro!-gritó.
Siempre se había caracterizado por ser un hombre valiente. Estuvo combatiendo en Egipto dos años atrás contra el Ejército de Napoleón.
No le tuvo miedo al calor del desierto. Ni a los soldados de Napoleón que disparaban contra él. Pero era la primera vez que se enfrentaba a un naufragio.
Había embarcado en aquel barco pequeño. Se dirigía al mar desde el río. Era una buena forma, en opinión de Gabriel, de ahorrar tiempo. No tendría que ir a Chennai, la capital del Estado, y comprar los pasajes para embarcar en otro barco. Quería regresar a tiempo para la boda. No veía la hora de casarse con Samantha.
El río Adyar era un río muy tranquilo, bastante corto en su trayecto.
-Se ha declarado una fuerte tormenta-le contó el marinero que entró a toda prisa en el camarote que le había sido asignado a Gabriel-Tengo que atarle.
-¿Se ha vuelto loco?-se indignó Gabriel.
Se negó a que le ataran. En aquellos momentos, estaba arrepintiéndose. De haber sido atado, probablemente, no estaría de un lado a otro de la cubierta.
La violencia de la tormenta amenazaba con lanzarle de cabeza al agua. Gabriel se aferró a la baranda de la cubierta. Todo el mundo parecía haberse vuelto loco.
-Vuelva a su camarote, señor-le ordenó un marinero.
-Soy un soldado-replicó Gabriel.
Quería ayudar, pero ni siquiera era capaz de caminar por la cubierta. De pronto, las olas acabaron haciendo volcar el barco.
Gabriel ya no sintió nada más cuando su cabeza se golpeó contra el suelo. Había muerto desnucado. Después, la violencia del agua lo tiró. Acabó en el río.
Su último pensamiento fue para Samantha.
Su último pensamiento consistió en evocar el último beso que le había dado en el embarcadero. El último abrazo que su prometida le había dado al despedirse.
-Vuelve pronto-le pidió Samantha.
Ignoraba que nunca más volvería a ver a Gabriel.
La noticia del naufragio llegó hasta la casa de Samantha. A pesar de lo fuerte que estaba lloviendo, ni siquiera se puso la capa sobre los hombros ni cubrió su cabeza con el sombrero para salir a la calle. Salió corriendo.
-No podrás detenerla, padre-observó Maude cuando su progenitor quiso ir tras Samantha para detenerla-Está decidida a ver a Gabriel. Quiere comprobar con sus propios ojos que está bien. Yo...Me temo lo peor. Y mi hermana...Va a sufrir mucho.
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