Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo añadido a mi "fanfic" La chica de los ojos grises.
Está más centrado en las figuras de las hermanas Maude y Samantha.
Y sí...Mister Halliwell y Samantha vendrían a ser los padres de Sarah (madre de Olivia) y de lady Bridget.
Veamos qué ocurre.
Para Maude resultaba desagradable pasar por delante de la casa de los Templewood.
Desde que Edmund se casó con Stella, se oía por las noches, cuando hacían el amor, a Edmund chupar uno de los pechos de su joven esposa.
Era asqueroso, pensaba Maude. Y los celos se apoderaban de ella.
-No deberías de sentir celos-le recomendó Samantha.
La joven yacía acostada en su cama. Había caído enferma con varias décimas de fiebre por la mañana. Había recibido una carta de su prometido.
Me hallo en Chennai.
Pronto, estaré en Quibble.
No veo la hora de convertirla en mi esposa. ¿Le ocurre a usted lo mismo?
Estoy convencido de que seremos muy felices. Sólo le pido que me sea fiel. Le he hablado de mí en las cartas que le he escrito.
Soy consciente de que no nos conocemos. Es posible que esté asustada. Pero le aseguro que soy un buen hombre, miss Samantha.
Le seré fiel. No tendrá queja alguna de mí. Deme la oportunidad de hacerla feliz, miss Samantha. Se lo ruego. Permítame que la ayude a olvidar a su antiguo prometido.
Maude estaba de pie junto a la ventana. No quería mirar en dirección hacia la cama donde yacía acostada Samantha.
La mala suerte se había cebado con las dos hermanas. Samantha había caído enferma porque veía su boda con mister Halliwell como algo inevitable.
-Deberías de ocupar tú mi lugar-le rogó a Maude.
La joven se dio la vuelta para mirarla. El rostro de Samantha estaba enrojecido por la fiebre.
Quiso pensar que la joven se había vuelto loca. ¿Cómo se le ocurría despreciar a un buen partido?
Pero Samantha estaba hablando completamente en serio. No quería casarse con aquel hombre. No podía traicionar la memoria de Gabriel.
Maude se acercó a la cama. Debía de hacer entrar en razón a su terca hermana menor.
-Si no te casas con ese hombre, te convertirás en una solterona-le advirtió-¿Quieres terminar como yo?
-Ya he terminado como tú-contestó Samantha.
-Eso no te pasará si te casas con mister Halliwell.
-Sé bien que Gabriel no estaba enamorado de mí cuando le pidió mi mano a padre. Y sir Edmund...
-Lo sé.
-Está enamorado de Stella. Deberías de haberlo asumido ya.
-Lo sé. Sí...
Maude estaba a punto de echarse a llorar. ¿Asumir que Edmund no la amaba? No podía hacer eso.
Aquel matrimonio era feliz. Edmund y Stella se amaban de manera profunda y sincera.
De noche, compartían largas horas de besos apasionados en la cama.
El uno yacía en brazos del otro.
El uno mordisqueaba suavemente la carne del otro.
Maude luchaba con ahínco por intentar olvidar aquel amor que nunca sería correspondido por parte de Edmund.
-Tienes razón-asintió Samantha.
-¿Te casarás con mister Halliwell, hermana?-quiso saber Maude, esperanzada.
Se sentó en la cama, junto a su hermana menor. Samantha tenía los ojos llenos de lágrimas.
-Intentaré ser una buena esposa para él-contestó.
-Llevas mucho tiempo diciendo eso-le recordó Maude-Pero, luego, te acuerdas de Gabriel. Y no quieres casarte.
-Eso ya no importa ahora mismo.
-Celebro que hayas tomado esa decisión.
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