martes, 8 de septiembre de 2015

AÑADIDO A "LA CHICA DE LOS OJOS GRISES"

Hola a todos.
Éste es el penúltimo añadido que me queda a mi "fanfic" La chica de los ojos grises. 
¡De verdad que no me quedan más añadidos por hacer! ¡Os lo prometo!
De momento, os dejamos con este pequeño fragmento que guarda relación con Samantha.
¡Veamos qué le ocurre!

                                      Mister Halliwell estaba cada vez más cerca.
                                      Samantha se ponía enferma cada vez que pensaba en lo inminente de su boda. Dejó de comer. Su estómago se cerró.
                                     No se quejaba. Ya no se rebelaba contra una boda que era ya un hecho. Sin embargo, era más que evidente que Samantha no quería casarse con un hombre al que no conocía. Gabriel seguía siendo, aún después de muerto, el dueño de su corazón. No quería abandonar la isla en la que prácticamente había crecido. Pero el mundo se empeñaba en tomar decisiones por ella.
                                   Samantha se pasaba las horas muertas encerrada en su habitación. No mostró ilusión alguna cuando la modista vino a verla para mostrarle su vestido de novia.
                                   Maude se dio cuenta de que su hermana ni siquiera lloraba.
                                   La abrazaba.
-He escuchado a padre decir que mister Halliwell es un buen hombre-le dijo en una ocasión-Vas a ser muy feliz con él.
-Lo sé-dijo Samantha en voz muy baja.
-Por lo menos, dale una oportunidad. No te consumas. Te estás haciendo daño.
                                    Samantha sabía que su hermana tenía razón.
-No diré que no quiero casarme porque no lo vas a entender-se sinceró.
-Te conozco bien-admitió Maude, suspirando con cansancio-No quieres casarte con ese hombre. Pero no te queda otra opción.
                                 Samantha no lloró cuando supo que su futuro marido acababa de arribar a la isla. Se había hospedado en la pequeña posada que había allí.
                                  Las lágrimas se le habían secado.
                                Sólo quedaba esperar. Mister Halliwell acudió a verla a la tarde siguiente. Le pareció un hombre de aspecto agradable. Pero era, al menos, veinte años mayor que ella. Gabriel también había sido mucho mayor que ella.
                                Entonces, no le había parecido un defecto muy importante. Ahora, la diferencia de edad la asustaba.
                               Mister Halliwell se mostró amable con ella.
-Celebro mucho poder conocerla, miss Samantha-le confesó-Tenía muchas ganas de verle la cara. Después de todo, nos vamos a casar.
-Encantada de conocerle, mister Halliwell-dijo Samantha.
-Amos...Me llamo Amos Halliwell. Puedes tutearme. Yo te tutearé.
-Amos...
                               Él besó la mano de Samantha.
                               Parecía un buen hombre.



-Entiendo que esté nerviosa-observó mister Halliwell.
-¿Por qué voy a estar nerviosa?-mintió Samantha.
-Es la primera vez que nos vemos. Sólo la he escrito unas cuantas veces. ¡Y me voy a casar con usted!
-Está bien, mister Halliwell. Amos...No pasa nada.

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