Hola a todos.
Hace algún tiempo, no mucho, que el gran escritor Gabriel García Márquez nos abandonó.
Su cuerpo se fue, pero no se ha ido ni su espíritu ni su obra.
Nos ha regalado obras tan hermosas como El amor en tiempos del cólera (aunque yo hubiese fusilado a Fermina por idiota porque rechazar a Florentino una y otra vez es de ser idiota). Nos contó la Noticia de un Secuestro y nos contó la historia de un Coronel que no tenía nadie que le escribiera.
Pero nos dejó también una familia inolvidable, los Buendía. Una familia humana e hija de la época que le tocó vivir. Y nos mostró un pueblo donde todo podía pasar, Macondo.
También escribió muchos poemas, cargados de lirismo y de ternura.
En el poema que hoy me gustaría enseñaros, un bonito soneto, García Márquez nos invita a no resistirnos cuando llega el amor.
Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.
Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.
Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.
Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.
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